La clase anfibia, características:

La clase anfibia data de finales del periodo devónico, hace aproximadamente 365 millones de años, cuando los primeros organismos terrestres se aventuraron a tierra firme dotados de pulmones para respirar fuera del agua, sin embargo, la clase anfibia depende exclusivamente de estos medios acuáticos en mayor o menor medida, esta dependencia hace que sean principalmente estos los más damnificados por la desaparición, contaminación o alteración de estos cursos de agua.
Los anfibios dependen del medio acuático para reproducirse, al contrario que los reptiles, hacen sus puestas en lugares húmedos o directamente en el agua, sus larvas o renacuajos se desarrollan en sus primeras etapas, más parecidas a peces que a animales terrestres, respirando a través de branquias.
Una vez completada la metamorfosis, la mayoría de los anfibios se aventuran a tierra firme, bien como animales terrestres , bien como arborícolas, pero siempre permaneciendo cerca de cursos de agua, charcas temporales producidas por lluvias, humedales, ríos u otros cuerpos artificiales como acequias, embalses e incluso piscinas abandonadas.
La importancia de preservar sus hábitats naturales, ya sean artificiales o no va ligada estrechamente a su supervivencia o a la extinción más inminente.
Una clase que lleva conviviendo con el ser humano desde que este puso por primera vez sus pies en la tierra y que ahora, tras 365 millones de años de existencia está viéndose amenazada de un modo real y tangible a nivel mundial.

Problemática de conservación:

El crecimiento incesante de nuestras ciudades, pueblos y toda la infraestructura que necesitan, hace que  lugares antes habitados por decenas de especies de anfibios hayan visto mermadas sus poblaciones hasta puntos extremadamente críticos, así en nuestra comunidad autónoma existen varias especies de anfibios en serio peligro de extinción.

Cabe destacar a la ranita meridional (Hyla meridionalis), que está viendo alteradas sus antes abundantes colonias, hasta el punto de haberse retirado su distribución considerablemente del litoral mediterráneo y a otras especies de ranas y sapos, como Pelobates cultripes, Salamandra salamandra, que han visto confinadas sus áreas de distribución a pequeñas parcelas de tierra aun sin urbanizar, verdaderos islotes de supervivencia a donde estas especies se agarran en un último intento de no desaparecer para siempre.

 
La destrucción del humedal de Los Manantiales, en Torremolinos supuso la extinción total de la única colonia de ranita meridional del municipio y una de las colonias más abundantes que había en Andalucía.

 

A nivel mundial, existen numerosas pruebas de una devastación sin igual en lo que se refiere a la clase anfibia, habiéndose extinguido cientos de especies del globo en menos de dos décadas.
Diversas causas, como el calentamiento global, el aumento de radiación UVA que afecta a las puestas, la alteración de los fenómenos meteorológicos, como “El Niño”, la tala masiva de bosques, la incesante actividad agraria, con vertidos directos de pesticidas y abonos a charcas y riachuelos, han posicionado a la clase anfibia al borde de un dramático abismo, que de no actuar con rapidez y efectividad, puede ser el fin de la convivencia de estas especies animales junto a nosotros.

Ejemplos de desapariciones:

Oophaga speciosa (Dendrobatidae) Panamá:

La extinción de una rana endémica de Panamá, Oophaga speciosa, generó este miércoles preocupación entre los científicos que estudian a los anfibios en ambientes tropicales.

Frank Solís, Roberto Ibáñez, César Jaramillo y Querube Fuenmayor, integrantes de un equipo de trabajo del Instituto Smithsonian de Investigacioens Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés), habían advertido en 2004 la amenaza de desaparición de la rana, de brillante piel rojiza.

Oophaga speciosa, previamente clasificada como Dendrobates speciosus, se encontraba en peligro de desaparición en el Bosque Protector Palo Alto y el Parque Nacional la Amistad, al oeste de la cordillera central panameña, debido a que su presencia no pasaba de 5.000 kilómetros cuadrados. La pérdida, definitiva e irremediable, fue revelada por el STRI, luego de intensos rastreos.

De acuerdo con un informe técnico, todos los individuos de la especie se encontraban en menos de cinco localidades, y declinaban en extensión y calidad los hábitats al oeste de Panamá.

Jaramillo lamentó lo ocurrido y recordó que en 2004 propuso a las autoridades ambientales de este país el desarrollo urgente de alguna forma de manejo o legislación rigurosa para evitar la extracción de la rana, que era comercializada ilegalmente como mascota.

Asimismo, había recomendado el inicio de estudios biológicos para salvar al anfibio y a otros animales que podrían desaparecer en los próximos años, debido a la expansión de la frontera agrícola.

Las mayores amenazas que afectan la supervivencia de especies endémicas son la acelerada deforestación, los incendios forestales, la contaminación de ríos y el cambio climático que contribuye a la propagación de enfermedades

Atelopus varius (Costa Rica):

Es considerada como una especie amenazada de extinción y está protegida y regulada por la Ley de Conservación de la Vida Silvestre No. 7317, además de la Ley Orgánica del Ambiente No. 7554 y el decreto No. 26435-MINAE.

Se incluye en el Apéndice l de la Convención sobre Tráfico Internacional de Especies Amenazadas (CITES). 

Se la considera como una especie EXTINTA en el país (Bolaños, F., com. pers.). 

Algunos argumentos de su extinción en la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde son: 
La desaparición del “sapo dorado” (Bufo periglenes) y del “sapo pintado” (Atelopus varius) en Monteverde, se ha ligado al fenómeno El Niño (1986-87). A esto se asocian también químicos tóxicos en la atmósfera, los cuales pudieron tener algún efecto sobre la Reserva y en grandes concentraciones, quizás jugaron un papel importante en la declinación de anuros en 1987. 
Cambios en patrones de precipitación y temperatura pueden ser las causas de la declinación de poblaciones de anuros en Monteverde. La desecación y los efectos directos de la temperatura pudieron haber causado la mortalidad de los adultos, también es posible que hubiera una interacción entre las condiciones climáticas y otro factor (este factor puede ser la actuación de un agente patógeno desconocido (ej. protozoario, virus etc.). En Monteverde desaparecieron en 1988 (marzo de 1988 había una gran densidad). 
En la actualidad existen otras especies del género Atelopus que son reproducidas con éxito en cautividad en terrarios, sin duda, de haber contado con un programa de estas características en su debido momento, Atelopus varius aun sería una especie existente en Costa Rica.

Incilius (Bufo) periglenes (Savage 1966).

Distribución: Endémica. En las tierras altas de la cordillera de Tilarán (Costa Rica), entre 1.500 y 1.620 m sobre el nivel del mar.
Habitaba en una estrecha franja de aproximadamente 12 Km cuadrados en el parque nacional de Monteverde (Costa Rica), en el bosque nuboso, se cree extinto desde el año 1989, en el que fue visto por última vez en estado silvestre.

Fue descubierto en 1966 por Joey Savage, al parecer su actividad y costumbres excavadoras le habían llevado a pasar inadvertido, a excepción de la época de cría, en la que cientos de indivíduos macho se reunían para buscar hembras en torno a las charcas temporales producidas por las lluvias, depositando estas, puestas en hilera doble de aproximadamente 230 huevos.
Entre el año de su descubrimiento, 1966 y 1987 fueron avistados unos 1500 ejemplares de la especie, siendo en 1988 avistados solamente una docena de ejemplares y reduciéndose a un último ejemplar avistado en el año 1989, desde aquel momento ya no se han vuelto a ver los sapos dorados de Monteverde. 
Los motivos de la desaparición de la especie fue el rápido desecamiento del suelo del bosque, que acabó con la vida de decenas de miles de renacuajos al unísono, este hecho devastador fue atribuído al conocido efecto climático de El niño, motivo por el cual, no solo esta especie si no otras aun no catalogadas han desaparecido desde finales de la década de los años ochenta. Básicamente las charcas a donde se encontraban las puestas se desecaron por ausencia de lluvias en las semanas en que el sapo dorado criaba.
Desde 1989 hasta 1994 un vasto y extenso plan de búsqueda de la especie esperaba volver a encontrar refugios subterráneos a donde se hubiera mantenido con vida, hecho que finalmente no se produjo. El sapo dorado de Costa Rica se declaró especie extinta por la IUCN  en ese mismo año. 
Algunos científicos defienden la idea de que esta especie, al igual que ocurrió con Atelopus varius y Ollotis holdridge, eran candidatas a una extinción inminente, y las escasas lluvias del año 1987 fueron el detonante clave para su total desaparición.
Como comentarios adicionales, destacar que con un plan de cría artificial en terrarios de expertos de todo el mundo aun seguiríamos disfrutando de la especie, es ahora más que nunca, cuando se debe fomentar de un modo digno y con rigor los proyectos de reproducción de especies de anfibios en cautividad, no sólo en instituciones científicas, si no en los miles de terrarios de aficionados de todo el mundo que subvencionan de un modo altruista una labor encomiable y cuanto menos digna de elogio.


 Ejemplos de anfibios en peligro crítico de desaparición:

Una salamandra gigante de China más antigua que los dinosaurios, al borde de la extinción

 

La salamandra gigante china podría salvarse con un plan de cría en terrarios.


Una gigantesca salamandra china que antecede como especie a los mismísimos dinosaurios, extintos hace más de 60 millones de años, se halla entre un grupo de anfibios extremadamente raros que los científicos acaban de glosar para pedir medidas de protección de manera urgente.
Las ranas más pequeñas del mundo, una salamandra subterránea y ciega (Proteus anguinus) que puede mantenerse hasta 10 años sin comer y una extraña rana púrpura que pasa la mayor parte de su vida a cuatro metros bajo el suelo también se encuentran en esta lista con las 10 especies de anfibios más amenazadas, realizada por la Sociedad Zoológica de Londres.
"Estas especies están pendientes de un hilo. Son altamente sensibles a factores como el cambio climático y la contaminación, lo que las llevará a la extinción, y son un aviso de lo que está por venir", dijo el máximo responsable de EDGE, Jonathan Baillie.
EDGE, acrónimo en inglés de Evolutivamente Distinto y Globalmente Amenazado, es un proyecto establecido hace un año con el fin de identificar y empezar a proteger a algunas de las criaturas más extrañas de la naturaleza.
"Los anfibios de EDGE se encuentran entre las más destacadas e inusuales especies sobre el planeta y aun así resulta alarmante que el 85% de las 100 principales están recibiendo poca o ninguna atención dirigida a su conservación", lamenta Helen Meredith, experta en anfibios de EDGE.
Las salamandras gigantes asiáticas ('Andrias davidianus', la china, y 'Andrias japonicus', la nipona) son anfibios que pueden llegar a medir 1'80 y vivir 80 años.


DURANGO - Alertan del riesgo de desaparición de la ranita de San Antonio por la escasez de humedales:

La ranita de San Antón (Hyla arborea), una especie con poblaciones «muy exiguas y desconectadas» en el País Vasco, corre el riesgo de desaparecer en Amorebieta por la escasez de humedales apropiados para su reproducción. Así lo advirtió la Sociedad de Ciencias Aranzadi en la presentación del estudio sobre el entorno natural de Amorebieta. Junto a esta especie, y la más que posible presencia de la amenazada rana ibérica, la directora del proyecto Leticia Martínez de Murgia informó de la baja densidad del lagarto verdinegro, cuyo macho en época de celo colorea su cabeza y garganta de azul cobalto. Esta especie, endémica en la península Ibérica y concentrada en el cuadrante noroccidental, sólo se ha encontrado en el barrio zornotzarra de Arkotxa.


El sapillo partero balear o Ferreret (Alytes muletensis):

Este anfibio estuvo prácticamente al borde de la extinción en nuestro país, este endemismo balear, sufrió un importante descenso de sus poblaciones debido al pastoreo y a la contaminación y alteración de sus hábitats naturales, en la Sierra de Tramontana (Mallorca). Tras un incesante plan de recuperación y cría de la especie en cautividad en terrarios, las colonias del sapillo balear hoy día gozan de una relativa recuperación, que sin lugar a dudas, hubieran desaparecido y con ellas uno de nuestros emblemáticos anfibios de no ser por la reproducción en terrarios.

La familia Dendrobatidae:

Las ranitas de la familia Dendrobatidae, merecen una especial atención, pues al igual que con otras muchas especies de anfibios, su localización en el mapamundi se reduce a unas pocos cientos de kilómetros cuadrados en algunos países sudamericanos, o a varias decenas de kilómetros, extensiones en ocasiones, iguales al tamaño de un campo de futbol, a donde algunas de sus especies sobreviven aun en libertad, véase el caso de la extinción de Oophaga speciosa de Panamá, una especie endémica que pudo haber tenido una oportunidad gracias a la terrariofilia.
La incesante deforestación de la cuenca amazónica, la introducción de pesticidas agrícolas, las extracciones de crudo y el efecto del pastoreo y la ganadería, han llevado a decenas de especies de esta familia de ranas a la desaparición de la faz de la Tierra, mientras que otras tantas han visto drásticamente reducidas sus poblaciones como se comentaba anteriormente, hasta convertirlas en serias candidatas de una desaparición en las próximas décadas.
La terrariofilia no es solo una medida de conservación, si no también de estudio y comportamiento de las especies, una oportunidad única de asomarse a las costumbres reproductivas de estos animales.

 
Ejemplares de Dendrobates leucomelas criados en cautividad.

Gracias en parte a la popularidad que han adquirido estas ranas como animales de terrario, se han podido conocer numerosos aspectos de su comportamiento que serían mucho más complicados de estudiar en la naturaleza. Así se ha podido conocer bastante sobre el comportamiento territorial que presentan estas ranas. Por ejemplo Zimmermann & Zimmermann estudiaron el comportamiento territorial de Oophaga histrionica nacidos en cautividad y que se desarrollan separados de sus padres.
A la edad de 4 meses, los machos jóvenes ya se alzaban de un modo característico (apoyándose sobre las extremidades anteriores extendidas) y empezaban a cantar. Al principio su canto estaba mezclado con una especie de chirrido, pero al cabo de 2-3 semanas ya emitían la llamada territorial propia de su especie. Para ello, los machos solían subirse a un punto elevado desde el cual podían observar mejor su entorno. Si un congénere penetra en el campo visual de un macho que está cantando, éste se girará hacia el intruso para cantar directamente y aproximársele a saltitos. Si el intruso no retrocede, saltará sobre él y lo intimidará. Si éste es otro macho, emitirá inmediatamente la llamada de protesta e intentará desembarazarse de su oponente. De este modo, la agresiva ranita empezará a hacerse respetar por sus congéneres y a la larga éstos preferirán dar un rodeo antes que provocar un enfrentamiento. Al cabo de un tiempo se irá definiendo un rango social.


 
Ejemplo de instalaciones profesionales para el mantenimiento y cría de anfibios en cautividad.


Conclusiones:

El efecto de la terrariofília, no solo en España, si no a nivel mundial, en la cría en cautividad de estas especies es ya un hecho positivamente contrastado, habiéndose reproducido con éxito durante varias generaciones decenas de especies, gozando el mercado terrariófilo español e internacional con un stock de ejemplares criados en terrarios, disponibles en caso de un desastre medioambiental.
El efecto que supondría la reintroducción en el medio silvestre de animales criados en terrarios, haría que estas mermadas poblaciones se recuperasen notablemente, en otros casos evitarían su colapso definitivo y desaparición.
Es en este tipo de acciones locales, a donde la terrariofilia está jugando, quizás sin el reconocimiento que merece, un plan de acción mundial silencioso, salvaguardando de este modo a decenas de especies de la extinción a corto y medio plazo.
Por lo tanto, la acción de la terrariofília a nivel mundial garantiza a cientos de especies de anuros y caudados (salamandras) una segunda oportunidad, en vista de los graves acontecimientos que a nivel mundial amenazan a esta clase.

La Sociedad Andaluza de Herpetología y Terrariofília colabora estrechamente en el plan de acción mundial Amphibian Ark, o Arca de los Anfibios, un programa de medidas globales para garantizar que tanto ranas como salamandras puedan sobrevivir a la extinción más acelerada que nuestro planeta ha visto desde sus orígenes.
La filosofía de este plan de acción es “actúa local, piensa global”, por ello, nuestra asociación cuenta con un trabajo de campo y de seguimiento de las colonias de anfibios de la provincia de Málaga más amenazadas, con una serie de medidas que ayudarían a su preservación.
No podemos dejar en manos de nadie la supervivencia de nuestros anfibios, a nivel mundial, local o provincial, somos los expertos terrariófilos quienes estamos llamados a filas para librar esta batalla, estos animales están silenciosamente desapareciendo de nuestro entorno para no regresar jamás y es la terrariofilia la que garantiza, desde el más altruista de los posicionamientos, que nuestros nietos puedan gozar de la vista de estas magníficas criaturas en el futuro, quizás no muy lejano.

Este trabajo fue presentado en un dossier de más de 5 Kg de papel a la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía (Dirección Gral. De espectáculos y juegos) para aportar datos acerca de la importancia que está jugando la terrariofilia en la conservación de las especies. Málaga en marzo de 2009.